Ellos sobre ellas

Por: Rabanito
Vivir en el siglo XXI no ha sido, en ningún caso, el argumento para determinar que los hombres y mujeres son, por esencia, iguales en cuanto oportunidades y capacidades. No ha bastado ni con estar en un nuevo milenio ni con que exista la posibilidad de que una mujer sea la próxima alta autoridad de nuestro país, para que dicha percepción se margine.
Sin duda, un tema complejo, sin embargo, y la hora de los análisis, la posibilidad de dar a conocer una realidad indesmentible que no puede estar ajena a la cotidianeidad de cada uno de los chilenos y chilenas. En la actualidad, tanto hombres como mujeres están condicionados por una fuerte lucha de géneros, ya que los hombres difícilmente cederán ante las presiones del otrora sexo débil.
Sin embargo, es importante conocer un poco el concepto de machismo y los enfoques que se desprenden desde el seno de su significado. Nuestra historia republicana y por esencia tradicionalista, han dado cuenta en el desarrollo nacional que “El machismo es un fenómeno característico de nuestras sociedades, donde el hombre ha sido considerado como superior a la mujer”. (www.cursos.puc.cl)
Ciertamente, la historia ha determinado como un axioma inobjetable el hecho de que los hombres, desde su nacimiento, son superiores a las mujeres en tanto capacidad física como mental. No es menor que las féminas sean catalogadas, hasta nuestros días, como el género más enclenque, inferior y al que se le debe cuidado constante dado su fragilidad, no sólo corpórea sino también intelectual.
Sin embargo, el síntoma del machismo no es más que “la exageración” de la idea de superioridad “como una manifestación de inmadurez psicológica”. De hecho, quienes han sostenido sistemáticamente la figura megalómana del hombre por sobre la mujer lo han hecho desde tribunas creadas, en función de ensalzar un género que en ningún caso es superior al otro. Es decir, las mujeres constituyen un elemento importantísimo en nuestra existencia y en ningún caso pueden ser consideras como distintas en tanto capacidades y oportunidades.
De hecho, las mujeres, tan postergadas por estos días, son un referente mucho más valedero del que se conoce. No hay que olvidar que en 1810 ya existía un protagonismo social de las mujeres cuando Paula Jaraquemada, Javiera Carrera, Luisa Recabarren y Rosario Rosales, daban a conocer que la Féminas estaban y luchaban por la independencia de Chile. Desde entonces, las damas, agrupadas en distintas organizaciones, se hicieron partícipes de los procesos de transformaciones sociales que se avecinaban. Por lo tanto, nunca estuvieron al margen de los escenarios, al contrario, la lucha era fuerte, ya que los hombres no permitirían el avance de quienes consideraban como insignificantes.
No obstante, en 1931 la Liga Femenina de Acción Cívica (Iquique), conquista el derecho a voto a nivel municipal, estableciendo un referente irrenunciable y, por cierto, repudiable desde los hombres. El que las mujeres pudieran ser parte de las decisiones, mediante el derecho a voz y voto, detentaba un poder mínimo que los hombres miraban con desconfianza, ya que se vulneraba, de alguna manera, el monopolio genérico que hasta esos días ostentaban sin vergüenza alguna.
Entre los “caballeros” estaba, y en cierta medida está, muy arraigado el concepto de que las mujeres son dueñas de casa, las jefas de los hogares y quienes tienen como gran tarea en la sociedad reproducir la especie y velar por que éstos sean sanos y disciplinados. En tanto, el hombre es el sustento económico, quien decide y puede darse el lujo de explotar a “su señora” a diestra y siniestra.
Sin embargo, los años han demostrado que las mujeres pueden igualarse a los hombres, en tanto capacidad de trabajo, roles en la sociedad, empero mucha falta hace, por ejemplo, respecto a igualdad salarial y derechos laborales. Efectivamente, las mujeres avanzan a pasos agigantados por el antaño terreno de sementales, sin embargo, ellas están determinadas, aún, por la preocupación de un hogar, una familia y además por un trabajo en donde son discriminadas. Es decir, la diferencia notoria de roles todavía perdura en nuestra sociedad.
4 Comments:
At 11:09 a. m.,
Ricardo Contreras said…
El machismo, como tantas otras cosmovisiones (de genero o no) son el resultado de una construcción historica. La condicionalidad, a la cual se refiere rabanito, no esta dada por la sola lucha entre generos. Ademas, no se trata de que los hombres cedan a presiones de las feminas. Esta lucha entre generos es artificial!
Cuando los beatos de la PUC establecen como axioma que "el machismo es un fenomeno caractérisitico de nuestras sociedades...." esto demuestra la ignorancia o la complicidad del discurso construido con aquel de los grupos de poder.
El machismo, no solo es un fenomeno, sino una expresion del discurso alienante de la sociedad entera, que creado, insta a la diferencia entre generos, clases, individuos, etc. Esta diferencia, no solo es patrimonio de la sociedad latino-americana, sino que se da en diversas versiones en otras latitudes del planeta.
Señalar, esgrimir o argumentar que el machismo es solo "una exageracion de la idea de superioridad" resultado de una inmadurez psicologica es simplemente barrer con las "diferencias" (desigualdades) construidas en la historia de la humanidad. Estas verdades que se argumentan desde tribunas como la psicologia, la filosofia, etc, reflejan y sostienen la alienacion de los individuos (apropriacion del otro) . En otras palabras, es legitimo apropriarse del otro (hombre, mujer, conocimiento, etc) ASi, el discurso construido que avala esta "diferencia" entre generos no es mas que el reflejo de un discurso alienante, que margina y que perenniza la explotacion o la apropriacion.
La lucha de las mujeres, es la lucha de los hombres, la lucha de los postergados. Pensar que el machismo es por si solo un fenomeno "natural" es pasar al lado de la historia.
El supuesto determinismo que segun rabanito condiciona a la mujeres por el hogar, sus hijos, etc no es mas que una construccion social, hecha por los mismos que gozan de la mano invisible.
La diferencia de roles esta en la construccion diaria de la historia (ver Norbert Elias) que tiene su sustento en las ideas dominantes de cada epoca. Asi, son las ideas dominantes las que perduran en la sociedad actual y no la diferencia de roles.
Saludos
At 5:32 p. m.,
Aleplacencia said…
Está super claro que los roles son inculcados socialmente y que las diferencias de género o como mencionas las "luchas de género" son una expresión concreta de problema de clases... la lucha por el poder, en una sociedad como la nuestra, tiene expresiones en todas las áreas de la sociedad y la dominación que tradicionalmente se ha instalado a través del patriarcado, se combate en un sentido más ámplio, no haciendo el juego entre feminismo y machismo... porque ambas expresiones son reflejo de la necesidad de dominación de uno por sobre el otro... el feminismo tampoco aporta a romper con las desigualdades sociales, porque la liberación de los seres humanos va más allá de un problema de género. Concuerdo con que hay que romper con el patriarcado, pero no para instalar la figura opuesta como sería un matriarcado... lo único que podría comenzar a dilucidar el problema, a mi juicio, es la conciencia de clase y la construcción cooperativa...
At 9:29 p. m.,
Ricardo Contreras said…
Yo tambien pienso que no se requiere de un matriarcado. Sin embargo en tiempos actuales, esta dicotomia de generos es un buen subterfugio para esconder los problemas reales. Por otra parte no creo que la toma de conciencia de "clase" como lo plantea marx vaya por si solo al encuentro de esta division artificial de los generos. A mi juicio los individuos deben adquirir una conciencia social basada en el respeto y la solidaridad. En paises como la ex-URSS y otros paises de la orbita sovietica, el machismo estaba mas que vivo y presente en la sociedad, entonces la toma de conciencia no trajo consigo la liberacion del hombre con la pre-historia de la cual debia alejarse.
El desafio esta pendiente.....
At 10:13 p. m.,
Colegio de Profesores, Comunal Ñuñoa said…
quizás el machismo, asi como el posible matriarcado que se señala, sean condiciones irenunciables de cada momento histórico...
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