ANTONIO: Encuentro que es profundamente democrático comenzar a aprender a preguntar. En la enseñanza se olvidaron de las preguntas, tanto el profesor como el alumno las olvidaron, y según yo lo entiendo, todo conocimiento comienza por la pregunta. Comienza por lo que tu, Paulo, llamas curiosidad. ¡Pero la curiosidad es una pregunta!
PAULO: [...] El educador, de manera general, ya trae la respuesta sin que se le haya preguntado algo. [...] Un hombre de una villa miseria de Buenos Aires, me hizo en una mañana de domingo, una pregunta fundamental: ¿qué es preguntar? [...] el centro del asunto [...] esta en no hacer con la pregunta "¿qué es preguntar?" un juego intelectual, sino vivir la pregunta, vivir la indagación, vivir la curiosidad.
ANTONIO: [...] la primera cosa que debiera aprender aquel que enseña es a saber preguntar. [...] equivocarse permite avanzar en el conocimiento. [...] Juzgo importante esta pedagogía del riesgo, ligada a la pedagogía del error. [...] riesgo, curiosidad, pregunta.
Paulo Freire,
Hacia una pedagogía de la pregunta. Conversaciones con Antonio Faundez,
Traducción de H. Delgado, Buenos Aires, La Aurora, 1986, Págs. 56-61.
El otro día, luego de un agotadora, pero productiva jornada de trabajo, fui a tomar una copa de vino con unos amigos... hacía meses que no nos encontrábamos y la necesidad de ponernos al tanto en "las cosas de la vida" se manifestaba a cada momento; sin embargo, con el pasar de los minutos (he de mencionar que el encuentro no duro muchas horas...), fue inevitable conversar de aquellas temáticas que de alguna forma nos reúnen... La Filosofía. En realidad, no quisiera que este pequeño escrito se transformara en un manual para decir qué es la filosofía, sino que quisiera exponer una reflexión que hace rato me da vueltas... pienso que es cierto, que nuestro sistema educacional esta enfocado principalmente a asegurar la reproducción de ciertas conductas funcionales a las formas de producción económica, puesto que la formación de los individuos en cualquier sociedad es fundamental para asegurar el futuro de esta. En este sentido, quienes nos dedicamos al campo de la educación, tenemos variadas limitantes que nos enmarcan dentro de un contexto educativo difícil de romper por varias razones... una de ellas es que los profesores estamos "en la sociedad" y no "fuera de ella" por lo que somos susceptibles a los mismos bombardeos permanentes que reciben las demás personas; otra de las razones, ligada a la anterior, es que los medios de comunicación masivos, principalmente la televisión, poseen un nivel de influencia social más allá de lo que muchos de nosotros podemos llegar a percibir, transmitiendo mensajes manipulados de lo que significa la felicidad, el éxito, el amor, la amistad, la justicia, etc., que muchas veces no están ayudando a que los niños y jóvenes adopten una postura crítica frente a lo que se les entrega... siendo incluso, la familia, un anexo en la formación de valores... sumado a eso, las condiciones de trabajo a las que los docentes de las escuelas se ven sometidos, impide la dedicación plena para abordar las problemáticas sociales, políticas, económicas y culturales en que nos estamos desarrollando como personas... cuando nos enfrentamos a esta realidad, cabe preguntarse, ¿qué posibilidades existen para dar un giro a esta situación?. No tengo la intención de dar una respuesta absoluta y seguramente esta intervención será a penas un bosquejo, pero pienso que es necesario considerar lo poderosa que puede llegar a ser la mano del profesor... no para reprimir, moldear o disciplinar, sino para desarrollar una educación para la libertad. Cuando tenemos al centro el objetivo de formar seres libres, con conciencia crítica y humanista, es más factible enfocar los esfuerzos, aplacar las debilidades y fortalecer la práctica docente con actividades que logren generar un quiebre del status quo... seguramente alguien podría preguntarse ¿qué tiene que ver esto con aquello de la filosofía?, mucho!, pues hay una labor de la que tenemos que hacernos cargo quienes aún pensamos que la filosofía en los colegios es necesaria, y es la de no olvidar que los profesores estamos para "enseñar a pensar", para "enseñar el dolor de la lucidez"... no para dar recetas ni tener "niños-muebles" que memoricen todo lo que les digamos; estamos llamados a fortalecernos y ayudar a fortalecer la conciencia crítica desde la construcción mutua con nuestros estudiantes, puesto que no tenemos todas las respuestas y tampoco es necesario tenerlas cuando estamos seguros que el camino vale la pena... No pretendo instalar la idea de una labor mesiánica, ni como alguien me dijo por ahí, “sacar a los seres humanos de la Caverna Platónica”, pero sí estoy convencida que la toma de conciencia de los docentes frente a su trabajo, como una acción transformadora, es uno de los primeros pasos…