Mutatis Mutandis

Bienvenidos a este espacio virtual, una ventana tecnologizada para abrir debate, compartir ideas, crear lazos y reencontrarnos entre aquellos que tenemos una inquietud por lo que ocurre a nuestro alrededor... Esta es una invitación, para "no quedarnos inmóviles al borde del camino" y continuar con más ánimo, más dedicación y más convicción... A cambiar lo que haya que cambiar!!!

22 diciembre, 2005

Entre anular y vacilar


Por: Rabanito

Ad portas de la segunda vuelta presidencial, dos representantes se la juegan por llegar a la Moneda. Así, todo Chile se pregunta qué hacer y por quién votar. Sin duda, se trata de dos opciones que debieran ser distintas, sin embargo, y en rigor, estamos frente a dos posturas sistémicas que, a mi juicio, se diferencian sólo en aspectos físicos.

De tal manera, y minutos después de conocer los resultados de la primera vuelta, distintos análisis se hicieron, se hacen y se harán, respecto al futuro presidencial de nuestra querida nación. En este plano, surge la duda en torno al futuro no sólo de quien conduzca el país sino, además, lo que sucederá con el “pacto juntos podemos más” y su cerca del seis por ciento de los votos.

Cantidad de electores que, el quince de enero, serán determinantes, en función de parar a la derecha o fomentar el continuismo. Entonces, sendas declaraciones hemos escuchados de las distintas organizaciones y partidos políticos que conforman el “podemos”. Declaraciones que, por lo demás, han traído duras contradicciones al emergente pacto.

Así, el Partido Comunista, ha definido condicionar el voto de sus “adherentes”, mediante la demanda de cinco puntos importantes. “Eliminar el sistema electoral binominal, modificar las normas laborales, usar fondos del actual superávit fiscal en elevar en un 100% las pensiones mínimas y las pensiones asistenciales de vejez e invalidez, rechazo al proyecto minero de Pascua Lama, lograr verdad, la justicia y el mejoramiento de la reparación a las víctimas de la dictadura” agrupan el paquete de peticiones del PC para votar por la concertación.

Ahora bien, y estando de acuerdo en el fondo y no en la forma, ¿Es coherente lo planteado por la dirigencia del Partido Comunista? Simplemente no. Y lo planteo, a propósito de lo difícil que resultó agrupar, y definir un programa de país, de las distintas agrupaciones de izquierda excluidas y golpeadas por el mismo modelo que hoy tanto Piñera como Bachelet representan.

Entonces, ¿Por qué creer esta vez en la concertación?, ¿En qué se diferencia Bachelet de Lagos? Ciertamente en nada, en tanto hemos sido testigos de como, consecutivos gobiernos concertacionistas, se han transformado en meros administradores del sistema, y como Lagos, en el exponente máximo del Neoliberalismo. De tal manera, permítanme reservarme el derecho a la duda en torno a un posible gobierno de Michelle.

En este sentido, el debate se ha centrado en qué hacer con los votos del “Podemos”. Y el PC ha sido claro, los votos son transables. Entonces, ha condicionado su apoyo al Neoliberalismo, más allá de los principios por los que muchos aun creemos y luchamos día a día. Entonces, se ha optado por una decisión inconsulta, de unos pocos, que en definitiva, no refleja ni el gran sentir de las organizaciones que componen el Podemos ni de las bases de éste.

Así, se ha hecho una apuesta muy engorrosa, en tanto lo único claro es que la Concertación y Bachelet a la cabeza, no están dispuestas a comprometerse públicamente a resolver las demandas planteadas por el PC. Y el mejor ejemplo han sido las declaraciones de la presidenciable en torno a que ella “No ha negociado nada y que lo que pide el PC está en su programa”. Entonces, ¿Por qué la idea, nuevamente, de creer en la coalición de gobierno?, ¿En qué se ha pensado para creer que esta vez el asunto será distinto?, si es claro que lo que no existe es voluntad política y certeza de querer hacer transformaciones verdaderas.

Sin duda, un debate que sólo empieza o más bien debe comenzar, por lo menos, a través de este medio, ya que hay muchos por ahí que han decidido a puertas cerradas y sin escuchar si quiera un “puedo opinar”. Por el momento, debemos conformarnos con lo mismo de siempre, es decir, de consentirnos entre tomar una decisión rebelde de repudiar a la derecha y la social democracia o, simplemente, vacilar frente al continuismo que, con certeza, mañana estará vestida de verde reprimiendo a quienes aun soñamos en un Chile justo y democrático.